El fuego estaba presente en el día a dia y se configura como eje central de muchas de las actividades cotidianas. Es, ante todo, lugar de reunión y símbolo de la cohesión del grupo ya que exigía la búsqueda de leña y el mantenimiento. Además de ser una tarea colectiva también proporcionaba:
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- Protección ante el peligro constante de los depredadores.
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- Luz en la oscuridad de la noche.
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- Comunicación entre individuos mediante señales de humos.
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Cocinar los alimentos
- Un lugar para sentarse y contar historias
El fuego también era fundamental para la entrada al mundo mágico de la cueva. Allí daba lumbre y creaba un ambiente mágico y fantasmagórico de luces y sombras, de reflejos y chispas.
En la actualidad aún existe ese admiración hacia el fuego. Por eso algunas personas sienten una sensación muy especial cuando miran una hoguera, por eso el sonido del fuego crepitando es algo tan relajante, ¿verdad? Os dejo una leyenda escrita por Eduardo Galeano:
" Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa
de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había
contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de
fueguitos. El mundo es eso -reveló- Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos
iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay
gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que
llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman;
pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin
parpadear, y quien se acerca, se enciende."
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POSITIVO ESPECIAL: " Explica la moraleja de esta historia"
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